Placas de gas

Los profesionales de la cocina suelen preferir los fogones a gas de toda la vida. Las placas de gas permiten trabajar a temperaturas de cocción muy altas, controlar al milímetro la potencia del fuego y trabajar el acabado de cada plato con un elevado nivel de precisión. Con todo, no hay chef que se resista a los avances de la tecnología y las placas de cocina de gas de AEG les proporcionan un equilibrio perfecto entre los métodos tradicionales y las alternativas más novedosas. 

Los modernos quemadores de las placas de gas actuales poco tienen que ver con las cocinas de hace unas décadas. El único elemento en común es que la cocción se realiza mediante una llama de intensidad regulable, pero algunas de las características habituales han sido reemplazadas por soluciones más funcionales. 

Hoy en día trabajar con una placa de gas es mucho más seguro y tan práctico como hacerlo con una placa de cocina de inducción. La seguridad está garantizada gracias al encendido a través de controles táctiles electrónicos, al bloqueo del panel de mandos para evitar que los niños manipulen la cocina y a los indicadores LED que advierten de si la llama está encendida o apagada o de si aún existe calor residual. 

Con todas estas prestaciones, la cocina tradicional se convierte en todo un lujo para los apasionados de la gastronomía. Una exclusividad que también se aprecia en los sofisticados diseños de las placas de gas. Normalmente se trabaja con superficies de entre 60 y 90 cm de ancho provistas de cuatro a cinco fogones y con la posibilidad de elegir entre una base de acero inoxidable o de vitrocerámica. En cualquiera de las dos alternativas, la limpieza de la cocina es rápida, sencilla y ofrece unos resultados excelentes.