Cada vez que abres la nevera o el congelador, la humedad del ambiente se cuela en la cavidad interior. Esas diminutas partículas de agua prácticamente imperceptibles a la vista se condensan en las paredes del electrodoméstico y, como consecuencia de las bajas temperaturas, se congelan formando escarcha.
Los electrodomésticos no frost enfrían empleando flujos de aire frío en el interior de la unidad y haciendo que circule por ésta de manera constante. De este modo, impiden que la humedad del ambiente se condense y te ahorran la necesidad de tener que vaciar y descongelar manualmente tus electrodomésticos. Así, la limpieza y el mantenimiento de tus aparatos resulta mucho más cómoda, los alimentos se conservan mejor y la refrigeración es eficiente y homogénea. Lo mismo ocurre con los frigoríficos low frost, ya que, con ellos, su limpieza y descongelación es mucho más sencilla. Puedes averiguar qué frigorífico no frost o low frost es mejor para ti con la guía de compra de frigoríficos de AEG.